Hay un dicho que reza
<<Detrás de cada gran Hombre, hay una gran Mujer>Suena conocido, ¿verdad?
Me he puesto a meditar y me han surgido algunas preguntas como ¿Hasta cuándo!, ¿Cuánto
más tiempo tiene que transcurrir, cuantas generaciones tienen que pasar para
que esta forma de pensar cambie? Creo firmemente que la mujer desde hace
ya un tiempo largo viene haciéndose esta pregunta con más frecuencia, y al
no tener respuesta, ha decidido caminar sin tener que estar "Detrás"
de nadie. A decidido emprender su camino sola, pero, tal vez, no necesariamente
feliz. Esto ha creado una situación incomprensible e insatisfactoria tanto
para hombres como para mujeres. Existe, como dice una amiga, ‘un desencuentro'
pues no queremos estar necesariamente solas o solos, pero tampoco queremos
estar con el compañero o la compañera equivocada. Además de que nos crea una sensación
de sentirnos víctimas, o victimarios, pues casi invariablemente culpamos a la otra parte de
nuestra tragedia cuando la relación se acaba. Por otra parte, me atrevería a
decir, que, el hombre, se ha acostumbrado a ser empujado, excepto aquellos
hombres machistas que todavía creen que la mujer tiene que estar sometida a su
yugo.
Entonces qué hacemos?, Como nos salimos de esta situación que nos está
sucediendo pues, como no sabemos cómo llegamos ahí, tampoco sabemos cómo
salirnos.
<<Detrás de cada gran Hombre, hay una gran Mujer>Suena conocido, ¿verdad?
Me he puesto a meditar y me han surgido algunas preguntas como ¿Hasta cuándo!, ¿Cuánto
más tiempo tiene que transcurrir, cuantas generaciones tienen que pasar para
que esta forma de pensar cambie? Creo firmemente que la mujer desde hace
ya un tiempo largo viene haciéndose esta pregunta con más frecuencia, y al
no tener respuesta, ha decidido caminar sin tener que estar "Detrás"
de nadie. A decidido emprender su camino sola, pero, tal vez, no necesariamente
feliz. Esto ha creado una situación incomprensible e insatisfactoria tanto
para hombres como para mujeres. Existe, como dice una amiga, ‘un desencuentro'
pues no queremos estar necesariamente solas o solos, pero tampoco queremos
estar con el compañero o la compañera equivocada. Además de que nos crea una sensación
de sentirnos víctimas, o victimarios, pues casi invariablemente culpamos a la otra parte de
nuestra tragedia cuando la relación se acaba. Por otra parte, me atrevería a
decir, que, el hombre, se ha acostumbrado a ser empujado, excepto aquellos
hombres machistas que todavía creen que la mujer tiene que estar sometida a su
yugo.
Entonces qué hacemos?, Como nos salimos de esta situación que nos está
sucediendo pues, como no sabemos cómo llegamos ahí, tampoco sabemos cómo
salirnos.
Bueno, debemos, si es que
queremos vivir una vida plena, con o sin pareja, tomar medidas serias con
nosotros mismos. Debemos examinarnos con mucha honestidad y, sin exageración,
reconocer nuestros valores y nuestras debilidades. Esta tarea no es fácil, pero
es una herramienta necesaria si es que queremos estar en una mejor posición emocionalmente hablando. Entender que tanto los hombres como las mujeres somos muy pero muy valiosos, y
que esos valores los tenemos desde que nacemos, pero por diferentes razones,
hemos dejado al olvido. Comprender que como género humano somos iguales, pero
somos diferentes en cuanto a nuestro desempeño como individuos. Nadie nació
para empujar o para ser empujado. Todos nacimos con dones de liderazgo, y, si
nos lo proponemos, podemos llegar a tener una relación genuina con nuestra
pareja, o si estamos solos, tendremos la capacidad para encontrar a la persona idónea,
siempre y cuando estemos dispuestos a tener comunicación, una mente abierta y
receptiva para escuchar ideas nuevas o diferentes a las nuestras y, sobre todo,
no dejar que el ego empañe nuestro pensar. No se trata de ver quien tiene la razón,
sino, cual es la mejor solución para poder tener una convivencia sana.
queremos vivir una vida plena, con o sin pareja, tomar medidas serias con
nosotros mismos. Debemos examinarnos con mucha honestidad y, sin exageración,
reconocer nuestros valores y nuestras debilidades. Esta tarea no es fácil, pero
es una herramienta necesaria si es que queremos estar en una mejor posición emocionalmente hablando. Entender que tanto los hombres como las mujeres somos muy pero muy valiosos, y
que esos valores los tenemos desde que nacemos, pero por diferentes razones,
hemos dejado al olvido. Comprender que como género humano somos iguales, pero
somos diferentes en cuanto a nuestro desempeño como individuos. Nadie nació
para empujar o para ser empujado. Todos nacimos con dones de liderazgo, y, si
nos lo proponemos, podemos llegar a tener una relación genuina con nuestra
pareja, o si estamos solos, tendremos la capacidad para encontrar a la persona idónea,
siempre y cuando estemos dispuestos a tener comunicación, una mente abierta y
receptiva para escuchar ideas nuevas o diferentes a las nuestras y, sobre todo,
no dejar que el ego empañe nuestro pensar. No se trata de ver quien tiene la razón,
sino, cual es la mejor solución para poder tener una convivencia sana.
Estoy segura que, si nos lo
proponemos, llegará el día en que, en vez de decir “Detrás de cada gran Hombre
existe una gran Mujer” digamos:
proponemos, llegará el día en que, en vez de decir “Detrás de cada gran Hombre
existe una gran Mujer” digamos:
“Al lado de cada gran Mujer
existe un gran Hombre”
existe un gran Hombre”